Comienzo una serie de entradas sobre virus famosos por haber dejado una importante huella en la historia de la humanidad.
La elección del protagonista del primer capítulo no es casual, puesto que vamos a hablar del virus que provoca la enfermedad conocidad como viruela, cuya rasgo más distintivo son las marcas faciales que deja en las personas que han sufrido (y superado) la enfermedad.
Foto: Secuelas faciales típicas de la viruela
(Revista Peruana de Medicina y Salud Pública )
Seguro que habéis escuchado hablar de la reina Isabel I de Inglaterra, famosa por ser la última de la dinastía Tudor y por su mano de hierro a la hora de dirigir su reinado. En los tiempos de Doña Isabel I de Inglaterra, maquillarse era símbolo de prestigio, así que ella se maquillaba, y mucho. Tanto que la imagen que ha llegado hasta nuestros días es la de una señora de tez blanca e impoluta. Tal era el cuidado que esta reina dedicaba a su cosmética facial, que se ganó el apodo de "Reina Virginal" por la "pureza" de su tez.
Como ya te habrás imaginado, el empeño de la reina en tanta "chapa y pintura" epidérmica no era por puro placer, sino que buscaba esconder algo. ¿Te imaginas qué?
Trailer de la película "María, Reina de Escocia". Observa la cara de Isabel
sin maquillar (minuto 0:52) y maquillada (minuto 1:41)
Efectivamente, es lo que estás pensando. La reina Isabel I sobrevivió a la viruela en su infancia pero no a las terribles marcas faciales de la enfermedad. Y utilizaba cantidades ingentes de maquillaje para esconderlas. Concretamente hacía uso de Albayalde, un compuesto químico bastante tóxico por su contenido en plomo, pero que fue ampliamente utilizado en el pasado. De hecho, algunos historiadores creen que la causa de la muerte de Isabel I fue debida a una intoxicación crónica por plomo (saturnismo)
Dejando de lado el "gossip" histórico, la viruela es célebre en el mundo científico por otras razones. En primer lugar, se trata de la primera y única enfermedad infecciosa erradicada de nuestro planeta (así lo declaró la OMS en 1980... ¡maravillosa época la de los años 80!). ¿Te imaginas con qué herramienta de salud pública se consiguió? Efectivamente, a través de campañas de vacunación. De hecho, la primera campaña de vacunación masiva de la historia fue llevada por un médico militar español (Francisco Javier de Balmis y Berenguer) y se conoce como la Expedición Balmis.
Busto dedicado a Francisco Javier de Balmis en Alicante
(Autor: Philipp von Kapff )
Resulta curioso el paralelismo entre la Expedición Balmis y la situación actual debida a la COVID-19. En 1796 un médico inglés demostró la eficacia de su vacuna contra la viruela, un avance médico que tuvo muchos detractores entre el mundo científico. Como ocurre en la actualidad con las diversas vacunas para combatir al virus SARS - CoV - 2.
Entre los defensores de la vacuna contra la viruela se encontraba Francisco Javier de Balmis y Berenguer, que emprendió una hazaña histórica para erradicar dicha enfermedad. Las vacunas han probado su valía a lo largo de la historia, y el caso de la viruela es un buen ejemplo de ello. Te aconsejo que, si tienes dudas sobre si las vacunas son buenas o son malas, investigues un poco sobre la historia de las mismas antes de posicionarte.
¡Que los anticuerpos os acompañen!
Fco. Javier López Abenza
Profesor de Biología y Geología
IES Alquipir (Cehegín)
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